Zeus

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La maxima autoridad de la mitologia griega

Minotauro

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jueves, 29 de octubre de 2009

Algunos monstruos de la Odisea

Las sirenas

Las sirenas son seres fabulosos, originarios de la mitología griega y ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y representación han variado con el tiempo.

Aunque en su forma original eran seres híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más común las describe como mujeres jóvenes con cola de pez. Es por ello que en muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica (inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid, alemán Meerjungfrau).



Escila

En la mitología griega, Escila (en griego Σκύλλα) era una joven que fue transformada en un monstruo marino de varias cabezas condenado a guardar un estrecho paso marítimo. Esta figura mitológica aparece en las aventuras de Odiseo.

Existen varias descripciones del monstruo: unas dicen que se trata de un monstruo del mar con cabeza y cuerpo de mujer, aunque terminado éste en forma de pez, otras dicen que es un monstruo de doce pies, todos deformes, y seis cuellos larguísimos, cada cual con una horrible cabeza en cuya boca hay tres hileras de abundantes y apretados dientes. Sus padres fueron Hécate y Forcis, o bien Equidna y Tifón, si bien Homero señala a Crateis como su madre. De sus extremidades inferiores salían cabezas de perros, cuyos ladridos eran tan leves como los de un cachorro, pero no así su voracidad. Escila tenía doce pies para sostenerse. Poseía tres cabezas (o tal vez seis), todas ellas con tres hileras de puntiagudos colmillos. Isacio le asignaba igualmente seis cabezas, pero todas distintas: oruga, perro, león, górgona, ballena y hombre. Vivía junto a Caribdis, y fue transformada por los dioses, con el tiempo, en una roca, aún existente, que suponía graves peligros para los navegantes.



Caribdis

En la mitología griega Caribdis (en griego antiguo Χάρυϐδις Khárubdis, ‘succionador’) es un horrible monstruo marino, hijo de Poseidón y Gea, que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día y las devolvía otras tantas veces, adoptando así la forma de un remolino que devoraba todo lo que se ponía a su alcance.
Habitaba junto a Escila, otro monstruo marino, en un estrecho paso marítimo. Los dos lados del estrecho estaban al alcance de una flecha, tan cercanos que los marineros que intentaban evitar a Caribdis pasaban demasiado cerca de Escila y viceversa. La expresión «entre Escila y Caribdis» ha llegado a significar estar entre dos peligros de forma que alejarse de uno hace que se caiga en el otro.

Los argonautas fueron capaces de evitar ambos peligros gracias a que los guió Tetis, una de las nereidas. Odiseo no fue tan afortunado: eligió arriesgarse con Escila a costa de parte de su tripulación antes que perder el barco completo con Caribdis (Homero, Odisea, libro XII).

Tradicionalmente, la ubicación de Caribdis en el estrecho de Mesina hace que se la asocie con el remolino que forman las corrientes que se encuentran en la zona, pero rara vez es peligroso. Investigaciones recientes han reexaminado la ubicación y sugieren que esta asociación es errónea, y que un origen más probable de la historia podría hallarse cerca del cabo Skilla, al noroeste de Grecia. Otros investigadores, sin embargo, sostienen que se trata de un lugar puramente fabuloso que no es posible identificar con ningún escenario real.

Caribdis fue originalmente una ninfa marina que inundó la tierra para ampliar el reino submarino de su padre, hasta que Zeus la transformó en un monstruo.


Marçal Blanco Martí
Borja Rojas
Laura Herraiz Pellicer
3rºB

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